La Milagrosa inicia un programa de cruzamientos y selección genética en el año 2002. En el 2008 define a la genética como pilar fundamental para mejorar los indicadores físicos y económicos. La decisión de adoptar la raza Braford se basó en criterios netamente productivos, ya que era la que se visualizaba como la de mejor comportamiento para los sistemas pastoriles del norte de Uruguay. La información que se genera en La Milagrosa, avalada por el Plan Agropecuario desde el 2010 confirma que la elección de la raza fue acertada y que el programa de mejoramiento genético elegido ha tenido un gran impacto productivo y económico. Como consecuencia del avance genético y con una demanda ávida por estos animales, surgió la posibilidad de comercializar reproductores primero en el campo y luego consolidada en un remate anual que se desarrolla a mediados de octubre de todos los años en la Rural de Tacuarembó.
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