Manejo, nutrición, genética y sanidad son sin duda las cuatro patas en las que cada productor se apoya, o al menos la mayoría de los que buscan lograr los mejores resultados, tanto productivos como económicos. Resultaría muy difícil priorizar alguna por encima de las demás, sobre todo teniendo en cuenta que no son factores aislados ni independientes; y que cada uno, se encuentra entrelazado con los tres restantes.

Sin embargo, un tema que preocupa cada vez más y no escapa a los intereses de los productores, es el de la producción ganadera y sus emisiones de gas de efecto invernadero (GEI).

Mucha información, y en algunos casos contradictoria, ha circulado en los últimos días; tendencias de mercado hacia lo agroecológico, Bill Gates compra bonos de carbono capturados en ganadería y luego promueve la carne sintética, que el mundo se acaba en el 2050 si no solucionamos el calentamiento global y el cambio climático; que la ganadería pasó de ser la gran culpable a la única capaz de revertirlo; que hay que reducir el consumo de carne y un montón de variados contenidos con más interrogantes que respuestas.

Lo cierto es que el tema una vez más ha vuelto a estar sobre la mesa, y cada vez sonará con más frecuencia. Por eso creemos fundamental que los productores (principales actores, al menos por estas latitudes), asuman un rol protagónico, y para esto cuenten con la mayor información posible.

Cuánto emite la ganadería y qué tan grave es la situación?

Lamentablemente no tenemos esa respuesta precisa, estudios y posiciones han demostrado ambigüedad en el asunto; pero afortunadamente, sí contamos con interesantes reflexiones y puntos de vista de Referentes del sector. Personas que entendemos han hecho importantes aportes a la ganadería y cuyas posiciones entendemos vale la pena compartir.

Ganadería y cambio climático: “sin medir y ajustar, algunos productos uruguayos estarán bajo amenaza”

En un artículo publicado en El Observador, el Ing. Agr. Eduardo Blasina invita a tomar conciencia sobre la situación, ya que “sin medir y ajustar manejos hay una amenaza latente y real sobre productos que son emblemáticos para Uruguay”. Según señala: estudios de FAO indican que “aunque Uruguay es un emisor menor de gases de efecto invernadero a nivel mundial, el 76% de sus emisiones provienen de la ganadería”. Y si bien son datos estadísticos, indica que “…los porcentajes son engañosos, el 3% de las emisiones de EEUU significan muchísimo más que nuestro 76%. Pero no tenemos que convencernos a nosotros mismos de nuestra inocencia. Tenemos que convencer a los consumidores de que nuestra carne y leche participa del mayor proyecto épico de este siglo, restaurar la corteza de la Tierra y la atmósfera”. Agrega que: “Uruguay es el país con más vacunos por habitante y, nos guste o no, los consumidores preguntarán cuál es el impacto de la ganadería, medida con precisión”.

Por otro lado, en su charla: “Agro-ecología y el futuro del Uruguay” , Blasina sostiene que el camino para sanear esta situación es a través de la ciencia y la tecnología, sobre todo pensando en un futuro con una fuerte tendencia hacia lo agro ecológico, dónde no importará solamente el qué y cuánto producimos, sino cómo lo hacemos. Hace énfasis sobre aplicar y promover sistemas de pastoreo, diversificación de rubros, tecnologías que apunten a la conservación, y promoción de prácticas de manejo relacionadas al bienestar animal. Blasina destaca a estos aspectos como fundamentales, que no solamente hablarán de cómo trabajamos, sino que también de cómo somos como sociedad.

Finalmente, y en consecuencia de los dichos de Bill Gates, Blasina propone a través de otro original artículo, invitarlos junto a su esposa Melinda a comer un asado a Uruguay, en el que es capaz de desnudar de manera muy meticulosa la problemática, y a la vez transmitir casi a la perfección los distintos panoramas posibles con un mensaje claro «No es desde la descalificación lo que mejorará el posicionamiento de la carne uruguaya. Los vacunos emiten metano, posiblemente capturan carbono en buenos sistemas de pastoreo. Si la defensa uruguaya a los vacunos no es profundamente argumental, el sector económico principal, la columna vertebral de la identidad uruguaya corre peligro. La tendencia al cuestionamiento de la carne y a buscar alternativas que la imiten está instalada y captando centenas o miles de millones de dólares en investigación y desarrollo».

La ganadería: el petróleo del Uruguay

Tanto el Ing. Agr. Eduardo Blasina, que se refiere a la ganadería como el bien más preciado del País, como el Referente uruguayo en Pastoreo Racional, Juan Dutra, coinciden en esta “metáfora” para hacer gráfico su punto de vista en relación a lo que representa la ganadería para Uruguay.

“Todos los fanatismos son malos, y este caso no es la excepción…” señala Dutra al hacer referencia a las posiciones antagónicas y radicales sobre la incidencia del ganado en la problemática de GEI; argumenta que hasta el momento el foco que se le ha dado a la problemática no ha favorecido a la profundización sobre este tema. Afirma que: se siguen negando realidades, utilizando sistemas productivos tan nocivos para el suelo como para el planeta; otros promueven acciones extremistas, abandonar la ganadería, bajar o hasta interrumpir el consumo de carne vacuna; cuando la solución viene por  otro lado. La concientización, de la mano de la acción, sería un buen inicio para enfrentar el problema.

Lo cierto, subraya Juan Dutra, “es que la única solución puede venir del campo, el petróleo del Uruguay está en el campo y es la ganadería, pero depende de cómo la gestionemos; podemos ser parte del problema o de la solución”.

La ganadería es la única actividad capaz de revertir el cambio climático

Así lo afirmó Allan Savory en una charla TED, anunciando que “el más grande y perfecto tsunami viene sobre nosotros… y la única forma de solucionarlo es hacer lo impensado, utilizando al ganado”. Uno de los videos que generó sin duda mayor repercusión, por su claridad y simplicidad, argumenta que un sistema de manejo que imite los movimientos en manada, es la única alternativa para recuperar el suelo y la vegetación de una desertificación que crece a pasos agigantados.

Por otra parte, estudios como: White Oak Pastures Beef Reduces Atmospheric Carbon anuncian que la ganadería cuando se gestiona el pasto correctamente, no solamente es capaz de ser carbono neutro, sino que con un correcto manejo puede ser carbono positivo. Hasta una estableciminento en Australia con caracterísitcas muy similares a las de Uruguay, fue capaz de certificarlo y vender esos bonos de carbono justamente a Microsoft.

También desde Costa Rica, Sergio Abarca compartió en el VIII Encuentro Internacional de Pastoreo Voisin -organizado por FORORURAL junto al Prof. Humberto Sorio-, datos objetivos de estudios realizados en diferentes fincas. Allí las mediciones arrojaron resultados positivos, y gracias a esas mediciones no solamente lograron promover el pastoreo racional, sino que lo hicieron política de estado.

Son innumerables los casos, donde el correcto manejo de las pasturas desencadena una catarata de factores beneficiosos para el suelo, la planta y los animales, permitiendo la captura de carbono y la “producción de suelo” -como suele llamarle Juan Dutra- y de materia orgánica.

“No hay que ser un genio para darse cuenta que haciendo fotosíntesis al revés lo único que vamos a lograr es seguir erosionando el único recurso que nos queda. Y sin duda es el peor panorama económico, social y ambiental, para nosotros, y para nuestros hijos. No por casualidad cada vez hay menos productores en el campo. Estamos degradando nuestro recurso más valioso, y como productores tenemos la obligación de revertirlo, somos los únicos que lo podemos hacer.

El suelo y la naturaleza son recursos finitos, y lo que pase mañana será la consecuencia de lo que hagamos hoy”. Juan Dutra.