Pablo Antúnez – Rurales El País
En este segmento de la cadena productiva, las certezas tecnológicas están asociadas a dos tecnologías, explicó Simeone. Una está asociada a “minimizar pérdidas” cuando se tiene un ternero sobre campo natural y se evita que pierda peso en el invierno. “Si le doy un suplemento (afrechillo de arroz, raciones que valen US$ 240 la tonelada, etc.), dándole 1% de su peso, el ternero en lugar de perder 200 gramos en invierno y sobre campo natural, pasa a ganar 200 gramos diarios.
La conversión en este caso es de 4 kilos de alimento para ganar 1 kilo de peso vivo. Aunque la ración valga US$ 300 la tonelada, el costo es de US$ 1,20 por kilo para un ternero que vale US$ 2. La cuenta sirve”, argumentó el director técnico de UPIC.
Otra de las alternativas es sacar el ternero del campo natural y encerrarlo en un corral de engorde. En este caso, en lugar de ganar 200 gramos, la ganancia es de 1 kilo por día y se tiene un ternero que al final del invierno pasa de 150 kilos a 250 kilos (gana 1 kilo durante los 100 días de invierno). Ese animal, además, tiene como ventaja que está pronto para aprovechar bien la primavera.
Simeone explicó que esta tecnología es promovida desde UPIC como Alimentación Diferencial del Ternero (ADT) y tiene un impacto muy importante porque la conversión es 5 a 1; igual cierra la cuenta. “Si la ración costara US$ 300 por tonelada el costo es de US$ 1,50 por kilo para un ternero que vale US$ 2 por kilo”, explicó.
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