Nuestro Uruguay necesita un plan estratégico de producción de carne de largo plazo, que incluya a todos los integrantes del negocio: productores, industria y servicios públicos y privados. El objetivo debería ser maximizar la generación de valor económico, social y ambiental, en todo el proceso productivo. Dentro de ese plan, no debe quedar afuera ninguna oportunidad que genere valor en forma genuina, como es el caso de la exportación de ganado en pie. En ninguna actividad, podemos darnos el lujo, de dejar de captar un beneficio, más aún cuando éste favorece a toda la actividad productiva.
Tenemos el stock bovino más grande de la historia vacuna del Uruguay, con un aumento de la exportación en pie en los últimos 6 años, y con un aumento de faena en el mismo período (ver cuadro 1). La exportación en pie, como salida de cabezas, no ha interferido negativamente en la disponibilidad de animales para faena. El stock no bajó, creció; la industria no tuvo limitantes de faena, creció en los últimos 7 años. En forma paralela la exportación en pie ha sido una excelente oportunidad para el negocio ganadero, que ha operado como un regulador de carga mejorando el precio interno, y funcionando como vía de escape rápida para enfrentar crisis forrajeras. Imposible dejar de considerarla como una alternativa estructural de negocio.
Cuadro 1: El stock y la faena crecieron en los últimos años, coexistiendo con la exportación en pie.
La concreción final de la exportación de ganado en pie la determinará el mercado. Pero, al menos deberíamos estar preparados para tomarla en las oportunidades que se presenten como convenientes. Mejorar el valor del producto, y su competitividad, es la única forma que existe de generar un impacto productivo. Pues, a mayores ingresos y mejores expectativas, aumenta la inversión y la productividad del sector. La exportación en pie es una alternativa clara de mejorar el precio del producto, que genera un beneficio directo sobre la cría, la parte más tomadora de precio de todo el proceso; y que al mismo tiempo maneja la capacidad productiva de todo el sector a través de la producción de terneros. Se necesitan señales que mejoren las expectativas del negocio, y concreciones reales de mercado, que efectivicen materialmente un aumento de ingresos y de la inversión.
Cuál podría ser el riesgo en relación a la exportación? Que fuera tan elevada, que comprometiera la capacidad de faena de la industria. Para evitar esto, pensemos en garantizar una cantidad mínima de faena anual de 1,8-2,0 millones de cabezas, y de ahí hacia arriba todos los terneros extras podrían salir exportados en pie, en función del mercado. De esta manera se resguardaría a la industria, y se garantizaría la oportunidad de exportar en pie a los productores en aproximadamente 300-700 mil terneros por año.
Necesitamos imperiosamente mejorar las expectativas, aumentar nuestras esperanzas, alimentar el alma con optimismo, esto es la base para que la expectativa de un negocio mejore. Claro, luego esto debe materializarse, concretarse, y transformarse en realidad. Acá es donde depende de nosotros, del trabajo y de la capacidad de dialogar y hacer. Pero no discutamos más, vamos a hacer de una vez…es nuestra vida.