Imaginemos una gomería que almacene las cubiertas nuevas al lado de vidrios rotos, un gomero que use cuchillos en lugar de palancas y que finalmente la calle frente de la gomería este cubierto de miguelitos… , absurdo, no?
Ahora imaginemos que vamos a hacer un alambrado eléctrico, para eso compramos alambre ovalado galvanizado 16/14 .Este alambre excede por mucho los requerimientos necesarios para un eléctrico. Podría ser redondo y dulce bajando su costo, lo importante es el galvanizado. Éste resulta de un proceso químico que consiste en formar una fina capa de aleación de zinc y el hierro o el acero de el alambre, esta capa es tan fina como la decima parte de un milímetro, es un proceso que duplica el costo de el material pero que se justifica por el aumento en su duración…siempre y cuando cuidemos esa delicada capa!!!!
Ahora bien, el fabricante nos entrega un material testeado y de optimas características, seguramente se transporte en un camión que completa su carga con fertilizante o peor aún sal mineral.
El camión llega al comercio, se baja la sal o el fertilizante y los rollos de alambre (que pesan bastante) se van tirando del camión al piso, o en el mejor de los casos se bajan en un pallet que se deja pegadito a la sal.
Luego vamos a el comercio compramos el rollo y el encargado de almacén no está, el flaquito que quedó a cargo apenas puede levantar el rollo, pero como es un tipo inteligente y luego de arrastrarlo sobre el cemento ve que la tarea aún es complicada, opta por rodarlo hasta nuestra camioneta y colocarlo por encima de la carga. ¡Justo arriba de la omnipresente sal ¡
Llegamos al campo y la historia se repite, el alambre se sigue arrastrando y corroyendo con sales y fertilizantes.
Finalmente el rollo llega al potrero, se arrastra (por suerte por última vez) por todo el largo de la tirada y ahí le aplicamos la maquina de alambrar, cuyas mordazas aserradas traccionan por “agarre” hiriendo una vez mas al pobre galvanizado, después le aplicamos al alambre una tensión excesiva desafiando las diferencia de elasticidad de el acero y el galvanizado que es mucho mas rígido y al que se le dificulta “seguir” tanto el estiramiento producido por la maquina como la contracción por la baja de la temperatura que se producirán esa misma noche (llegando a duplicar la tensión original).
Para rematarla, atillamos muchísimas vueltas con la llave de alambrar que por su manera de actuar va lastimando el galvanizado.
Ahora, a nuestro galvanizado solo le queda el desafío de el microclima que se genera en el interior de los agujeros de los postes, donde la humedad se mantiene más tiempo y la corrosión es mayor.
Seguramente no hacia falta imaginarse todo este periplo. Es una historia real que se repite todos los días en todo el país, es un procedimiento terriblemente normal que nos asegura que el alambre se corte en alguna parte en el correr de los próximos 2 años ,dañando el alambrado y produciendo pérdidas al establecimiento.
Ahora la pregunta del millón ¿Por qué aceptamos que los miguelitos rodeen la gomería?
Muy bueno y esclarecedor
Muy bueno Carlos, además de el aporte sobre el tema de los alambres es un concepto bien generalizo en todo aspecto.
Tal cual, jaja!!!
MUY BUENAS TUS OBSERVACIONES, MUCHAS VECES EN EL TRANSPORTE HE COMETIDO LOS ERRORES QUE COMENTAS. GRACIAS POR TU APORTE
La verdad es que no reo que sea tan literal esta secuencia de «errores» y mucho menos se ajusta a la analogía de la gomería, pero bueno, algunas de esas anomalías ocurren.
Te faltó considerar el efecto adverso del chispazo y los arcos eléctricos que se forman, etc.
que tal vez alteren el galvanizado mucho más que los enunciados. Con todo respeto. ¿cuándo tuviste que agarrar un alambre de boyero con la máquina? con una torniqueta basta y sobra, si no levanta varillas? O es un 17/15? Además cuántas has hacés con el fertilizante que podés cargar en una camioneta junto con los rollos? El verdadero enemigo del galvanizado es el fuego, nada más y la verdad es que me parece un relato fantástico e irreal, pero bue, se ve que hay varios que les ha pasado…
es una generalidad haciendo referencia al descuido cotidiano del material de trabajo en el campo, trasladalo a cualquier actividad , ya sea tractores, higiene en el tambo y lo que se te ocurra y vas a ver como mezclamos sal con alambre.
Los tiempos cambiaron , en el país hace mucho tiempo que no se enseñan oficios , y tampoco se trasmiten los conocimientos de la gente mayor a los menores . No hay categorías de aprendices promocionados por el estado , y el costo de los impuestos laborales , es muy alto si encima hay que invertir en capacitar a la muchachada. Es necesario y urgente el cambio de leyes laborales e impositivas , sino las pymes desaparecen ( tal vez sea ese el actual sistema ) . Hoy en un campo que tendría lugar para el trabajo de 3 o 4 peones permanentes , te tenes que arreglar con 1 ( tal vez en negro) y tomar gente por dia cuando hay que realizar trabajos puntuales . Si esto no se arregla , chau , olvídate de los oficios .