La clave para mantener el centenar de remates es seguir con el concepto transmitido por los antepasados, así como también escuchar a los productores, invernadores, compradores de novillos y al frigorífico.
Juan María Mailhos es director de Santander y Los Cerros de San Juan, cabaña que en este 2018 estará realizando su 106° remate anual.
Al ser consultado por ForoRural sobre las claves de un centenar de remates, expresó que cuando se tiene un equipo las cosas son más sencillas.
“Siempre conté con el apoyo y colaboración de mi familia», confesó.
En este sentido, reconoce el gran apoyo que le brindan sus hijas desde el manejo, donde la nueva generación también tiene un rol importante.
«Hoy mis hijas se ocupan cada una del área que le toca. Una es veterinaria, otra es ingeniera agrónoma y la mayor se encarga de la parte comercial y del marketing. Las tres han sabido aplicar con certeza los conocimientos que les fueron inculcados. En cuanto al personal, cada uno tiene su rol y sabe lo que tiene que hacer con responsabilidad», aseguró el productor.
De los 105 años que la cabaña viene realizando remates, Juan María Mailhos lleva 45 años al frente -poco menos de la mitad-, y aseguró que nunca hay una venta igual a la otra.
Por supuesto que de 50 años atrás a hoy las cosas han cambiado; antes, las estancias eran más grandes, los volúmenes que se vendían de toros eran mayores, y según opinó Mailhos, el mercado actualmente está muy atomizado.
«Los nervios de los últimos días siempre van a estar presentes, por más que con los años uno se va tranquilizando», explicó.
En tanto, el productor consideró que los remates tampoco son la “meca”, sino que son un porcentaje de lo que uno produce de terneros, vacas y novillos gordos.
“Además de productores de toros somos criadores e invernadores, por eso nos regimos por lo que debemos vender todo el año. Y eso es lo que se ve en la pista del remate”, dijo.
No son solamente las ventas de los toros. La cabaña vende también ganados de invernada porque “no nos da todo el campo para invernar la producción que tenemos”, explicó.
¿Cuál es el secreto para haberse mantenido tantos años en el mercado?
Juan María Mailhos expresó que antes que nada, se debe de estar convencido de lo que se vende. “Soy el primero en probarlo como criador e invernador”, apuntó.
Esto lleva a la segunda cuestión: una selección.
“Busco una vaquillona de rápido entore y en consecuencia novillos de fácil y rápido engorde en un sistema netamente pastori”, comentó.
Los toros que van al remate de Santander y Los Cerros de San Juan, tienen tres años y fueron usados el año anterior.
“El respaldo de estos toros son los 800 o 1.000 novillos y vaquillonas que salen a la venta, hijos de los toros que se vendieron dos años antes”, explicó el cabañero.
Son ganados que se destacan por su uniformidad y sólida estructura, virtudes que atraen mucho a quien los quiere comprar.
“Hay que trabajar mucho, todo el año. Desde el día siguiente al remate, analizando, estudiando, leyendo y oyendo siempre; y todos los dias observar y aplicar fielmente el concepto que uno tiene sobre cómo criar”, aseguró.
Tener un concepto es clave para la cabaña. El animal tiene que tener buenas patas y buenas costillas; hay que buscar ganado que no de problemas: hoy en día hay que tener una vaca práctica.
“No creo en tanta magia. Si arrancaste con una base, seguila. Siempre fiel a tu concepto”, apuntó.
Mailhos añadió que “por algo” los ganados tienen la uniformidad que tienen; “por algo” se paga ese sobre precio y “por algo” los animales son buscados y cotizados.
Explicó que no hay que apartarse de lo que uno cree, pero que sí se deben tener conceptos para criar y hay que saberlos transmitir, porque no todos los terneros que nacen son buenos.
“Hay que sacar e ir limpiando y no porque sea hijo de fulano se queda, si no sirve se va. Si no te gusta se tiene que ir”, opinó.