La cabaña Los Cerros de San Juan y su trayectoria, forman parte de la historia de la ganadería del Uruguay y la región; ya que si de su Hereford se trata, hablamos muy particularmente de uno de los rodeos más antiguos del país.
La cabaña Santander, por su parte, tiene sus inicios en el 2003. Viendo lo bien que se desarrollaban los Aberdeen Angus en el basalto, e interesados principalmente por sus bondades: fácil engorde, precocidad, convertibilidad y excelente aptitud carnicera, se comenzaron a criar y comercializar animales negros y colorados.
Pero, ¿cuáles son los criterios de selección de ambas cabañas?
Juan María Mailhos, director de Los Cerros de San Juan y Santander, contó a ForoRural las principales cuestiones que tienen en cuenta a la hora de elegir, o no, un animal.
“Creo que hay bases mínimas como tener ganados con sólida estructura, buenas patas, buenas pezuñas, profundidad de costillas, caderas, buenas ubres y nunca perder el tipo racial”, dijo.
Respecto a esto último, señaló que “a veces, muchas personas han perdido este foco por diferentes modas, sin conceptos sólidos ni bien fundamentados, lo que ha producido un retroceso en algunos aspectos”.
Santander y Los Cerros de San Juan insiste mucho en la fertilidad, porque “es lo que siempre hay que garantizarle a un comprador de reproductores”.
Están convencidos que es el ambiente quien selecciona: “El ambiente es el que te dice lo que tenés que hacer; y si le porfiás, te va costar plata, raciones, destetes precoces y verdeos. Creo que la base del criterio, tiene que ser primero un animal adaptado al ambiente”, añadió.
Pese a que incorporar genética de otros países le parece bien, Mailhos asegura que nunca se debe buscar que el rodeo se parezca al animal que se trae de otro lado. Sino que se tiene que incorporar la característica deseable al tipo de ganado ya establecido “que incorpore lo que buscás y tenés en la cabeza, pero que no modifique el tipo de vaca que tenés”, apuntó.
Además, opinó que no se debería incorporar genética todos los años. “Cada 10 o 15 años poné una pitada nueva y seguí con lo tuyo”, comentó.
Mailhos consideró que durante años se buscó un animal muy grande y de altos requerimientos, que a los dos años era muy difícil de preñar. “Entiendo que en otros lugares ande muy bien, en lugares donde la forma de comercialización del grano guía a la carne, me parece bien. Pero en esta región el ganado tiene que ser pasto dependiente y no grano dependiente”, enfatizó.
Bases de selección: eslabones que determinan el éxito reproductivo
“Para nosotros los problemas de atraques no pasan por el toro sino fundamentalmente por la fecha de parición y por supuesto por la selección de la vaca. Hoy se habla mucho de facilidad de parto, bajo peso al nacer, etc. Con las vacas inglesas hace 50 años cuando comencé a trabajar ni se hablaba de estos problemas que para algunos se ha convertido en una obsesión».
Mailhos considera que toda vaca que pare después del 10 de octubre, va atracar y va a tener problemas de por vida dentro del rodeo. ¿Por qué? Porque aumentó la proteína en el pasto y el ternero se agrandó. Por eso toma como criterio que el fin de la estación de partos, tiene que ser a mediados de Octubre, pero para que esto suceda, hay que repasar toda la secuencia reproductiva.
“La vaquillona necesita calidad de pasto y cantidad para desarrollarse bien, llegar a la pubertad y quedar preñada. Acá el concepto de precocidad es el animal gordo, y la precocidad es que llegue a la reproducción lo antes posible. Eso con razas inglesas moderadas, debería lograrse bien a los dos años”, agregó.
“Animal que se preña temprano y pare temprano, toda su vida reproductiva va a poder parir antes de mediados de Octubre. Pero si la vaquillona empieza a preñarse tarde, difícilmente se pueda revertir esa situación”.
En este tipo de cuestiones, Mailhos observa un retroceso en la ganadería pastoril y más que nada una confusión en la gente. “Se han adoptado diversas tecnologías, muchas de ellas muy costosas, que no han repercutido positivamente en los porcentajes de preñez, porque no se pueden sostener a largo plazo”.
Más allá de que las preñeces son bajas, también cree que en muchos casos, la carga que se maneja es muy alta; y la preñez está en una “relación directa” a la carga que tenga que campo.
Explicó que si se baja la carga, se tiene mejores preñeces. Con una carga racional se pueden tener “excelentes preñeces” y terneros “muy buenos” de peso al destete.
Señaló que cuando se tienen terneros pesados al destete, se logran buenas preñeces. Si el ternero tiene 160 kilos, la preñez es regular. Ahora, si el ternero pesa arriba de los 180 kilos, la preñez es de buena a muy buena. Pero para eso hay que mirar el pasto y con eso proyectar por semestre adelantado para poder lograr el objetivo sin mayores costos.