En Uruguay es común que las vacas preñadas pierdan peso en invierno. Estudios han comprobado que restricciones alimenticias durante la preñez pueden comprometer el desarrollo futuro del animal gestado. Esta síntesis sobre programación fetal, desarrollada por el doctor Pedro Veiga, permite ahondar en el asunto.
El fundamento
La mayoría de las vacas de cría en Uruguay paren y desarrollan su lactancia en los meses de primavera, el período de mayor oferta de pasturas naturales del año. Como consecuencia, las vacas pasan el invierno preñadas entre su segundo y tercer tercio de gestación, con pérdidas de peso de menor o mayor importancia según la pastura disponible y los suplementos utilizados.
Como la carga invernal determina la carga anual del establecimiento, el productor ha buscado mantener la mayor cantidad de vacas posibles en el invierno aceptando pérdidas de peso, con el objetivo de lograr una mayor cantidad de terneros al destete. Esa pérdida de peso controlada en general ha sido bien manejada, ya que las vacas pierden peso pero luego se recuperan en primavera, y se vuelven a preñar con un buen manejo y tecnologías como el destete temporario y precoz.
Hasta ahora se consideraba solamente el estado de las vacas y su futuro desempeño reproductivo, asumiendo que el feto no sufría las pérdidas de peso de la madre. Pero en los últimos años se ha comprobado que una mala nutrición de la vaca durante la gestación puede comprometer el desempeño productivo futuro de los animales que están siendo gestados.
El referente
Pedro Veiga se ha especializado en temas que afectan el crecimiento animal y la calidad de carne. Ha profundizado en los factores que condicionan el desempeño animal en cada etapa del ciclo productivo y de qué manera una etapa repercute en la siguiente y en el producto final.
Su experiencia
Influencia de nutrición materna en el desarrollo fetal
Durante años fue enfatizada la importancia de atender los requerimientos de las vacas gestantes, especialmente durante el último tercio de la gestación, debido a que en ese periodo se produce el 75% del crecimiento fetal. Pero cabe preguntarse ¿qué importancia tiene la alimentación de la vaca en los meses anteriores de la gestación? ¿Es necesario atender las exigencias de energía y proteína durante toda la preñez, o eso es económicamente inviable? Estas son preguntas que muchos productores se realizan al momento de planificar la nutrición de las vacas, ya que entre un 70 a 80% de los costos de producción de un establecimiento ganadero son direccionados al rubro alimentación animal. Tal vez esa forma de economizar no sea una buena opción, considerando que tan importante como reducir costos de alimentación es obtener una progenie saludable y con alta tasa de crecimiento.
La influencia de la nutrición materna en el desarrollo fetal y su impacto sobre el desempeño y la calidad de la carne de la progenie son muy importantes. La nutrición materna durante la gestación es uno de los principales factores que afectan el crecimiento y desarrollo muscular fetal, con efectos que persisten por toda la vida del animal, aún cuando no haya alteración en el peso al nacimiento. El músculo tiene menor prioridad en la partición de nutrientes durante el desarrollo fetal, comparado con órganos tales como el cerebro, corazón e hígado. Como consecuencia, el músculo presenta mucha variación en los nutrientes que recibe y frente a deficiencias nutricionales puede verse comprometido su desarrollo.
Consecuencias de la restricción de nutrientes durante la gestación
La capacidad de crecimiento y la ganancia de peso de un ternero está determinada por el número de fibras musculares, es decir, la cantidad de fibras de su cuerpo, que luego del nacimiento comenzarán a aumentar de tamaño (hipertrofia muscular).
La restricción de nutrientes entre el segundo y el séptimo mes de gestación resulta en una disminución del total de fibras musculares, por lo que la nutrición de la madre debe ser priorizada principalmente en el tercio medio de gestación. Una restricción posterior al séptimo mes no causa una reducción significativa en el número de fibras y la disminución de su crecimiento puede ser compensada luego del nacimiento; nacerá entonces un ternero liviano pero de alto potencial de crecimiento. Sin embargo, se debe tener mucha precaución con las restricciones alimenticias severas sobre el final de la gestación, ya que puede verse comprometida la cantidad y calidad de calostro, con consecuencias negativas para los terneros como menor viabilidad, terneros enfermos y mayor mortandad post-natal.
Una buena alimentación en el tercio medio de la gestación también es fundamental para definir la cantidad de células adiposas intramusculares (grasa intramuscular), que determina el potencial de marmoreo de la carne de ese animal.
En resumen, estudios recientes demuestran que los mejores resultados en términos de desempeño productivo y calidad de carne no están solamente relacionados con el plano nutricional al que están sometidos los animales en la fase de crecimiento y terminación. La nutrición materna durante la gestación afecta no solo el desarrollo fetal sino también el desempeño de ese animal a lo largo de toda su vida, así como la calidad de la carne por él producida.
TIPS:
- Evite pérdidas de peso en las vacas preñadas en el segundo tercio de gestación, planificando su alimentación de forma adecuada.
- Una carga adecuada, un buen manejo del campo natural y el uso de suplementos proteicos en general son suficientes para mantener el estado de las vacas en invierno
- Considere que las consecuencias negativas de la pérdida de peso de la vaca preñada se arrastran a lo largo de toda la vida productiva del animal gestado.
- Como criador, comunique a su cliente las ventajas de terneros de alto potencial de crecimiento, hijos de vacas bien alimentadas.
- Como comprador de terneros, valore los animales de alto potencial de crecimiento producidos en sistemas que alimentan bien a sus vacas preñadas.
- Si maneja un ciclo completo o incompleto, transfiera un ternero de alto potencial a la siguiente etapa de recría/invernada y obtenga mejores resultados productivos globales.
Seria interesante profundizar sobre como debería ser la dieta de las vacas en ese periodo
Felicitaciones por el foro, sería interesante hablar sobre qué cantidad de MS se debería destinar para un óptimo desempeño y en términos de calidad también, por ejemplo el uso de las sales proteínada qué efecto tienen.
La nota esta muy bien explicada, pero seria bueno dar algunos tipos de alimentación o suplementacion para cubrir estos periodos de gestación en vacas en condiciones a campo natural. gracias
Muy bueno el foro. Me esta sirviendo para crecer y replantearme temas que nos preocupan a los criadores. Y pregunto que hacer cuando tengo que elegir entre la recria de las terneras o las vacas preñadas.
Muy bueno el foro, amigo Zabala las recrías son las futuras madres por lo tanto prioridad uno para ellas y no descuidar las vacas preñadas, todo funciona bien con una dotación adecuada a la producción de pasto que se tenga. Ing.Roberto Pazos
ES MUY CIERTO ESO, MUY BUENO EL FORO
Muy buena la información, y no deja de ser un toque de atención al manejo nutricional de nuestros vientres preñados. Pero en mi humilde opinión existe un factor adicional a considerar. El segundo tercio de gestación, o sea la etapa media de preñez, período que va desde los 4 hasta los 6 meses de desarrollo fetal, pueden transcurrir en épocas del año muy disímiles dependiendo del tipo de campo que se explota, y por ende la cantidad y calidad de pastura que este produce. En efecto, en campos de basalto, cada vez son más los productores que adelantan sus entores del tradicional 15 de noviembre a mediados de octubre, y en vez de terminarlo allá por el 15 de febrero, lo han acortado un poco, y sacan los toros el 31 de diciembre. Todo esto con el único objetivo de zafar del verano que con sus habituales deficits hídricos descalabra literalmente los celos de los rodeos. En el otro extremo, están los productores que explotan campos de texturas livianas, más arenosos, y que adecuan sus entores desde diciembre, y porqué no desde enero a marzo. Todo esto hace que tenemos terneros nacidos desde el mes de julio en el basalto, hasta diciembre en las areniscas. Se podrán imaginar entonces la diversidad de situaciones que podemos tener en lo referente a disponibilidad suficiente de proteína, energía, y minerales, y en ese sentido lo atentos que tenemos que estar para atender las necesidades de nuestras vacas. Espero no haberlos aburrido pero el unico fin de estas líneas es despertar el intercambio de experiencias, de vivencias, y asumir que no hay recomendaciones que se puedan generalizar a todo el espectro de productores porque realmente no hay dos empresas rurales iguales. Abrazo para todos.
Se le fue un poco la mano; los gastos de alimentacion 80 % del total de costos….