Establecimiento “San Juan del Sauce”
De Rosario Pérez y Héctor Rosas
El Instituto Plan Agropecuario a través del Fondo de Transferencia de Tecnología y Capacitación, en el marco del Proyecto de Relevamiento para identificar las mejoras en los sistemas de cría en vacunos de carne, monitorea en todo el país explotaciones ganaderas comerciales como forma de difundir sus experiencias y resultados, considerando fundamentalmente el enfoque del propio productor y su realidad. Así es que en esta oportunidad nos vamos a referir al sistema de producción de María del Rosario Pérez y Héctor Rosas, establecimiento “San Juan del Sauce”, en los pagos de Mangrullo, departamento Cerro Largo.
“Charo y Beto” como los llaman cariñosamente sus familiares, llegaron a esta zona en el año 2007, buscando tierras nuevas para establecerse luego de haber vendido una fracción heredada en el departamento de Rivera, desde donde era oriunda la familia de Charo. Beto, con vasta experiencia en ganadería de invernada y explotación lechera, sabedor de la importancia del alimento para producir y el sentido de urgencia para lograrlo en tiempo y forma, vuelca esa experiencia en el sistema criador que realizan con ganado de carne. Estos productores, ya tienen sus hijos profesionales e independientes además de varios nietos y alguno que viene en camino. En julio de 2007 cuando compraron el campo lo poblaron con vacas pre- ñadas compradas. Como dicen ellos, “armaron un sistema en el que se sentían cómodos para un campo chico”. Criteriosamente manejado desde el punto de vista de la utilización de los recursos naturales, le suman a ello la “prudencia” económica en las decisiones. Como resultado, viven cómodamente en el predio y en el medio en el que trabajan. En su opinión, “la actividad de cría siempre les gustó. Si bien es un negocio lento, se aprecia como seguro. La experiencia familiar con la invernada ha sido determinante para decidirnos por esta actividad. Durante estos años la cría se ha defendido bien, por lo menos hasta ahora”.
Lo primero: el alimento
Sobre las 284 há propias, de suelos fértiles, (75% Indice Coneat 158) y pasturas naturales, (80 % de campo natural), manejados con buena disponibilidad forrajera, apreciado a través de la altura del pasto con el ganado adentro, adoptan el criterio que “el ganado debe comer a boca llena” y “no debe pasar hambre”. En función de ello la dotación manejada acompaña el crecimiento del pasto según las estaciones. En primavera no supera la unidad ganadera y en invierno apenas sobrepasa 0.60 U.G/ha. Esto se logra gracias al ciclo productivo ideado, donde los terneros nacen sobre la primavera y gran parte de las ventas se concentran durante el otoño. (Ver Gráfico 1)
Gráfico N° 1. Dotación promedio por estación
La base alimenticia es el campo natural, sumado a 50-60 há de verdeo de invierno con raigras y rincón que se resiembran naturalmente todos los años. El mejoramiento se destina a las categorías de primera cría en el post-parto, para la terminación de alguna vaca de invernada y si alcanza entran las terneras de recría, definido en ese orden de prioridad. Durante los veranos se ha llegado a sembrar unas 10 a 20 há de sorgo o sudan en parte del área de verdeo invernal, bajo el mismo criterio pero priorizando las vacas de invernada.
Una cría segura comienza desde el destete
Desde julio-agosto en que nacen los hijos/as de la primera cría, son criadas sobre verdeos de raigrás. Al destete son racionados durante unos 10 días sobre campo natural reservado, donde permanecen hasta el período considerado clave, como lo es el primer invierno, que “lo deben pasar como si no existiera”. En esta situación son suplementadas con afrechillo de arroz durante 60 días y si es posible sobre una parte del mejoramiento. A la primavera alcanzan pesos brutos, que superan los 220 kg. Los machos son vendidos en otoño con peso cercano a los 200 kg luego del destare. Al segundo invierno las vaquillonas de sobreaño son suplementadas con afrechillo de arroz o ración con 13% de proteína desde los 30 días previo al entore y durante 30 días de iniciado el mismo (flushing). Comen 2 kg/ cabeza durante el primer mes y 3 kg/ cabeza durante el segundo mes. El peso al inicio del primer servicio con dos años supera los 300 kg (Hereford x Aberdeen Colorado). Al otoño del diagnóstico con 2.5 años pesan 400 kg. Como resultado del manejo al diagnóstico se preñan en un 95%.
El manejo del rodeo
Las categorías más sensibles e inestables en los resultados reproductivos son las de primer y segunda cría cuando el primer servicio es a los dos años. Sobre estas dos se aplica una serie de medidas de manejo que resultan en la estabilidad de la producción. Un primer factor considerado es la estructura del rodeo de cría y con ello la proporción de vaquillonas de reposición que ingresan cada año. Entre un 20% al 25% son las que se reponen, resultando en una baja proporción de animales sensibles al segundo entore. Una atención muy especial merece la categoría de primera cría. El primer servicio es realizado desde el 15 de octubre. Con ello busca partos temprano y ganar tiempo para recuperar estado antes del siguiente entore. Además de lograr terneros pesados al destete. Al decir de Beto, “aunque estos campos vienen temprano, esta categoría debe ser bien atendida luego de parida”. A medida que van pariendo pasan a un verdeo de Raigrás con Rincón. A los dos meses se aplica tablilla a los terneros por 11-12 días. Este manejo es monitoreado a mitad de entore (principios de enero) con un diagnóstico de actividad ovárica cuando todavía hay margen de tiempo para tomar medidas sobre los animales en anestro. Los terneros de esta categoría son destetados con ración desde fines de diciembre-enero en momentos en que hay abundancia de pasto. En general el resultado de la preñez supera el 90%, no siendo diferente este año. El rodeo adulto es manejado sobre campo natural con un período de parFoto: Plan Agropecuario 19 Cuadro N° 1. Resultado de los diagnósticos de gestación. Año Vacas Preñadas Falladas Preñez diagnóstico Totales 2011 171 158 13 92% 2012 147 127 20 86% 2013 158 150 8 95% 2014 159 119 40 75% 2015 162 144 18 89% 2016 128 115 13 90% Todos 925 813 12% 88% tos desde setiembre hasta noviembre. El objetivo para este rodeo es lograr una alta condición corporal al parto y durante el entore. También los terneros de esta categoría son entablillados por 11-12 días desde fines de diciembre.
El diagnóstico definitivo a todo el rodeo se realiza en marzo-abril a los 30 días de retirado los toros. En al año 2008 hubo que realizar destete precoz debido a la crisis forrajera por la sequía de ese año. (Ver Cuadro 1) Además de pasto, minerales y sales con proteína, son utilizadas prácticamente durante todo el año y fundamentalmente durante las crisis forrajeras. Con pasto seco se dieron bloques proteicos. Durante el invierno es donde se observa más necesidad. Con respecto a los minerales además de inyectable, se agrega en determinados momentos sales en bloques o bateas. Los animales son los que van demandando.
Sanidad Reproductiva:
La sanidad comienza por los toros. Son vacunados contra enfermedades reproductivas y se realiza revisación física y genital. Se utiliza uno por cada rodeo no siendo necesario el control de dominancia. Al rodeo de hembras también se aplica vacunas contra leptospirosis. A las vaquillonas un mes antes del entore y 15 días previos al mismo repite el tratamiento conjuntamente con el resto del rodeo. Esta medida se implementó luego de un año en que hubo cierta diferencia debido a la enfermedad.
Medidas control de ecto y endoparásitos:
garrapata no hay, aunque se aplica cada 90 días un pouron o Ivermectina al 3.15 % como preventivo. Se rotan principios activos. En marzo-abril y setiembre-octubre se dosifica contra Saguaypé y aplica núcleos vitamínicos y minerales inyectables. A los terneros se les aplica Ivermectina al 3.15 %. A vaquillonas se les inyecta fósforo y un complejo vitamínico cada vez que van a las mangas.
Resultados productivos
Las categorías de venta son: terneros y vacas gordas o casi gordas refugadas por edad y falladas. Los terneros pesan 170-180 kg destarados a la venta y las vacas 480-500 kg. La productividad del sistema medido en kilos de carne producida alcanzó los 112 kg/há para el ejercicio 2015/2016.
Sacando conclusiones
El nivel alcanzado por la producción de los sistemas productivos depende en gran medida de la utilización más o menos intensa de los recursos, tierra, trabajo y capital. La intensificación casi siempre va acompañada de un mayor uso de insumos y con ello de mayor riesgo económico. En esa línea de razonamiento se centran las decisiones que han adoptado estos productores para desarrollar el actual sistema de cría. Cuando la experiencia y el conocimiento adquirido en sistemas más exigentes como el tambo asociado al comportamiento reproductivo de los animales para que terminen en partos, son aplicados en rodeos de carne, dan como resultado altos índices de producción. El concepto clave es contar con la base nutricional y la oportunidad de realizarla en tiempo como forma de proyectar resultados con certeza, haciendo de la cría un sistema tan seguro como cualquiera.
Por: Ing. Agr. Juan Andrés Moreira da Costa