La planificación en la aplicación de las dosis mejora la ecuación del negocio.
El modelo de producción agropecuario actual obliga a aumentar la productividad de nuestros campos, particularmente en el caso de lotes destinados a pastoreo debido a la competencia por superficie que implica la agricultura y la ganadería intensiva.
En el sudeste bonaerense se multiplican las pasturas base gramíneas templadas debido a la alta persistencia y la capacidad de ofrecer forraje de calidad la mayor parte del año. Si bien diversos estudios demostraron que es factible alcanzar productividades de entre 10.000 a 12.000 kgMS/ha.año, la realidad de los campos es muy diferente, la mayoría de los productores obtiene mucho menos pasto para su ganado.
¿Cuándo aplicamos el nitrógeno?
Según un trabajo realizado por el Departamento Producción Animal, Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de Mar del Plata y la EEA INTA Balcarce, se abordan estos conceptos. Allí, los autores describen que, si bien el nitrógeno es fundamental para incrementar la productividad, es importante aplicarlo en los momentos de crecimiento activo de la pastura de forma de minimizar las pérdidas. Por otro lado, afirma que hay que tener en cuenta que la disponibilidad del nutriente está estrechamente vinculada con la temperatura del suelo por lo que la salida del invierno suele coincidir con los valores mínimos de nitrógeno disponible.
Los dos momentos indicados para realizar la fertilización en la región coinciden con la salida del invierno y el comienzo del otoño. Así es que las mayores respuestas se dieron en consonancia, ya que los picos se registraron luego de las aplicaciones a la salida del invierno mientras que las respuestas mínimas sucedieron en las aplicaciones de otoño tardío.
Más allá del momento de aplicación, en todos los casos el agregado de nitrógeno aumentó la producción de forraje. Además, la respuesta al nitrógeno se vio directamente afectada por la aplicación de fósforo debido a la escasez generalizada de este nutriente en la región.
La respuesta en producción por unidad de nutriente varió entre 10 a 27 kg materia seca por kg de nitrógeno para dosis de 75 a 225 kg/ha. Si se considera que 15 kg pasto producen 1 kg de carne en recría sería factible aumentar la producción entre 0.7 y 1.8 kg carne/kg N en función de la dosis.
Mejorar la eficiencia de cosecha del forraje es fundamental para poder consumir el pasto excedente evitando así que la pastura se pase y se desperdicie el recurso. La fertilización permite adelantar el pastoreo ya que, a la salida del invierno se anticipa la oferta forrajera unos 20 o 30 días, según la dosis utilizada y el momento de aplicación. Esto es clave si el productor aprovecha al máximo la oferta forrajera realizando un pastoreo intenso.
Una cuestión importante a considerar en la planificación es la dosis a aplicar según el momento de pastoreo. De esa manera, una herramienta válida para aumentar la eficiencia radica en aplicar dosis menores a las parcelas que serán pastoreadas con posterioridad. Así, la dosis modifica la tasa de crecimiento y se realiza un manejo escalonado del recurso mejorando la eficiencia de cosecha y minimizando los desperdicios de forraje y nutrientes.