La mayoría de los productores que tienen campos naturales con canutillo, (Andropogon lateralis) vienen luchando históricamente contra esta especie para que no endurezca y pierda calidad forrajera. En INIA estamos desarrollando tecnologías de manejo de precisión para transformar el problema en una oportunidad que multiplique la producción de estos campos.

Ficha técnica del canutillo

• Gramínea perenne estival presente en Uruguay y la región del Bioma Pampa
• Nombre científico: Andropogon lateralis
• Ciclo de crecimiento: Muy amplio, de setiembre a mayo
• Floración: Octubre a febrero
• Nombre común: Canutillo-Uruguay, Paja colorada-Argentina, Capim caninha-Brasil
• Productividad: Muy alta
• Aprovechamiento: Generalmente muy bajo por enmaciegamiento
• Ecofisiología: Especie muy plástica que presenta alta respuesta a la fertilización y períodos de diferimiento (Foto 1), y que resiste sequías, frio, y altas intensidad de pastoreo.

Foto 1. Plantas de canutillo con 40, 60, 80 y 100 días de descanso.

El problema

El canutillo es una planta que produce muchos tallos de octubre a enero, pero el ganado los consume sólo cuando están verdes al inicio de su elongación. Luego, los tallos maduran y se ponen muy duros, y son rechazados por los animales. Debido al hábito de crecimiento erecto del canutillo, la mayor parte del forraje que se produce queda en el medio de los tallos maduros, en un lugar inaccesible para el pastoreo de los animales. En estas condiciones la planta forma una mata, se endurece y se enmaciega, iniciando un círculo vicioso de acumulación y muerte de forraje que, no es utilizado por los animales, y puede durar varios años o décadas.

Foto 2. Un ejemplo de círculo vicioso del canutillo, enero 2021 en el departamento de Rivera.

En la lucha “a capa y espada” contra esta especie, muchos productores queman reiteradamente a los canutillares para eliminar el forraje muerto. Quemar forraje, que es sinónimo de quemar carbono, no es una solución ambientalmente lógica en momentos en que el país se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Por otro lado, hay productores que pastorean al canutillo con dotaciones altísimas sin poder sacar cuentas de cuánto pierde el animal por obligarlo a consumir forraje de bajo valor nutricional (ejemplo: 30% de digestibilidad y menos de 5% de proteína), ni cuánto de ese forraje se deja de producir por debilitar a la planta. Y, al final de cuentas, siempre aparece el mismo desconsuelo “tenemos unos potreros buenazos que producen mucho pasto, pero que el ganado no lo aprovecha”.

Una solución

“Si no puedes con tu enemigo únete a él”. En INIA estamos trabajando en la transición del canutillo de villano a héroe del campo natural. Parece el nombre de una historieta de un comic, pero por suerte hoy tenemos realidades en las que aplicamos el conocimiento generado, a nivel de macetas, parcelas y campo, en el desarrollo de tecnologías de manejo que están transformando al canutillo en una especie muy productiva y aprovechada, multiplicando la producción animal. A continuación, detallamos un conjunto de pasos que integran planes de manejo de precisión para transformar el círculo vicioso del canutillo en uno virtuoso:

• Separar comunidades de canutillo del resto
• Eliminar tallos y mejorar la estructura del forraje con una pasada de rotativa
• Fertilizar con urea ante un pronóstico de lluvia cercano (1-3 días antes de una lluvia de 20 a 50 mm) y en pastura con buena densidad de hojas verdes
• Diseñar un plan de pastoreo rotativo utilizando disponibles altos (ej. 16-24 cm de altura para la entrada), cambiar de parcela antes de llegar al 50% de la altura inicial (8-12 cm) y volver a pastorear cada 35-25 días en primavera-verano, respectivamente.
• Monitorear, al menos quincenalmente, la altura del forraje en algunos potreros de la rotación y decidir, mensualmente ajustes de carga animal (sacando/ poniendo animales o difiriendo/utilizando potreros)
• Monitorear la concentración y relación de nutrientes foliares (nitrógeno y fósforo) para ajustar momentos y dosis de fertilización nitrogenada y fosfatada si fuera necesario.

Una primera experiencia de validación

En el predio de Mauro Riani ubicado en Masoller-Rivera, desde el año 2019 se viene validando un plan de manejo de precisión del canutillo en recría de bovinos. El predio se dedica a la ganadería mixta de bovinos y ovinos en 210 ha sobre suelos de basalto (predominantemente superficial), de las cuales 90% es campo natural.

En el ciclo 2019/20 dicho predio, el productor, apoyado en la toma de decisiones por investigadores de INIA y su asesora Carolina Muslera, decidió promover el canutillo y usarlo para el entore de vaquillonas de dos años. Se trabajó en una superficie de 20 ha, dividida en 8 potreros, donde se realizó una pasada de rotativa y dos fertilizaciones con 100kg/ha de urea. El manejo del pastoreo incluyó controles del pastoreo cada 2-5 días y ajustes de carga mensuales. Pese a la extrema sequía que hubo entre enero y abril, se logró una productividad de 320 kg/ha en 200 días (Gráfico 1) y 93% de preñez.

Gráfico 1. Resultados productivos de la validación de manejo del Canutillo en predio de Mauro Riani de noviembre 2019 a mayo 2020.

En el corriente ciclo 2020/2021 se optó por usar la misma área de canutillo para la recría de novillos de un año. Al monitoreo anteriormente detallado se agregó el monitoreo de nutrientes foliares para decidir momento y tipo de fertilización. El productor tuvo que realizar una pasada de rotativa sólo en el 20 % del área, e hizo dos fertilizaciones con 100 kg/ha de urea y una fertilización fosfatada con 100 kg/ha de 7-40. En los primeros 100 días del ciclo (de octubre a enero, en los que no hubo restricción hídrica para el crecimiento de la pastura), ha logrado una productividad de 250 kg/ha con una carga de 5 a 6 novillos por ha y con ganancias promedio de 700 gramos por animal por día.