En el 2012 tomamos la decisión de dejar semillar de octubre a diciembre 8 potreros. Bastó con saltearlos en la rotación para ver muchas, muchas semillas. En el invierno del 2013, en cuanto empezaron a nacer las invernales, nos fuimos directo a ellos. Orgulloso contemplaba uno de los 8 potreros, cuando mi hijo menor, con 9 años en aquel entonces, me gritó de una parcela cercana: “Tato, éste está igual!” Pero cómo?? Ese no semilló. Rápidamente llegué hasta él, y confirmé lo que me decía. En agosto pudimos ver como el 100% de los potreros estaban minados de invernales…y la única diferencia que se notaba entre los 8 (reservados) y los otros 69, era que en los seleccionados había un poco de pasto endurecido, y las invernales tuvieron un poco más de competencia por luz.
Si hay algo que se ha transmitido de generación en generación sobre los campos de arena es el hecho de que caída la primer helada, habrá que esperar a octubre para ver pasto. El invierno en la arena es muerto.
El pastoreo Voisin tardó tres años en mostrarnos cuán equivocados estábamos. Hoy, con cinco inviernos transcurridos y entrando al sexto, ya podemos afirmar que si sometido al manejo adecuado, el campo arenoso se invernaliza sin necesitar semillas o fertilizantes químicos.
Estimado Juan Dutra, te agradezco por brindar tus experiencias, sinceramente estoy muy motivado gracias a tus videos y demás información, en estos últimos días me he dedicado a buscar algunos de los libros que recomendas y ansioso estoy esperando el libro de Pinheiro Machado que acabo de adquirir.
La verdad que es fenomenal el potencial de nuestros campos naturales, como Ingeniero Agrónomo que soy me siento apenado de no haber podido orientarme mas hacia estos aspectos del PRV durante mi época de estudiante, tema que por supuesto es pasado por alto en las aulas ya que no ” vende ” insumos.
Yendo mas a aspectos prácticos, me gustaría saber que efecto tiene el pastoreo lanar, o que rol puede tener la oveja en estos sistemas.
Muchas gracias por los aportes.
Sebastián, los lanares en un Voisin, o en un rotativo intensivo le llevan al vacuno algunas que otras ventajas.
En primer lugar, la explosiva producción de carne que logra una corderada difícilmente puede ser alcanzada por vacunos, estando ambos bajo el mismo sistema y condiciones. Si a esta eficiencia alimentar le sumamos un kilo de cordero pesado a 3.30 U$, no queda mucho por decir.
En segundo lugar cito lo que debí citar como primero, pero en tiempos de sobrevivir, como éstos, los U$/há pesan más.
Hacen ya algunas décadas el Uruguay vivió un momento de furor con la lana. Para producir únicamente eso, basta con paciencia. La lana crece igual. Se armaron en varias zonas ovejeras pastoreos rotativos en los que la única intención era producir lana, y lo más fina posible. Se rotaban cantidades importantes de lanares que experimentaban diferentes niveles de subnutrición, y eso afinaba la micra hasta el punto que si se pasaban “de rosca”, esta se rompía al menor tirón.
Fue justamente de esas experiencias que surgió la idea de que el rotativo “no anda” para lanares…y naturalmente que si el nuevo objetivo era producir carne, esa forma de rotar no servía…. y no sirve.
Dicho manejo arrojó como resultado campos plagados de estoloníferas y mucho mío mío. El tapiz fue brutalmente degradado, ya que se lo comía siempre cuando matemáticamente le tocaba el turno al potrero x, sin importar su momento fisiológico.
Pero bastante antes de eso, en Chile y Argentina se estaba propagando el correcto manejo de la interacción lanar – pasturas mediante el PRI, Pastoreo Rotativo Intensivo. En sus libros el Contador Arno Clocker llamaba a la oveja “la patita de oro”, algo así como una pezuña mágica que lograba lo que hoy llamamos “el disturbio necesario” en el tapiz, arañando, pisoteando, incorporando heces y orina en un nivel del suelo que es propicio para la rápida acción de la impresionante cantidad de seres que lo habitan. Ese “masaje” que logra el lanar en un campo, no lo reproduce ninguna otra especie.
En lugares de los Andes en donde habían zonas de poco pasto, muy pedregosas, se armaba el “redil”. Se encerraban a dormir allí a las majadas, y en dos o tres rotaciones, lo que era pura piedra ya producía pasto.
Como si fuera poco, establecer un sistema de pastoreo para lanares siempre es más barato, pues el tema del acceso al agua se simplifica, al ser altamente eficiente en aprovechar el líquido de la pastura.
Que diferencias tiene un caso de suceso con un caso fracasado? Generalmente pecamos en ahorrar en el insumo más barato….la inteligencia humana.
Después de conocer las dos primeras leyes de Voisin se puede entender que aplicándolas, cualquiera sea su escala, la degradación se transforma en regeneración.
Las erosiones de suelo, genética, económica, ambiental y espiritual mutan a construcción de suelos, recuperación de especies de alto valor forrajero, ingresos netos por há superiores, sostenibilidad, sustentabilidad y satisfacción personal y familiar que le puedo asegurar por experiencia propia.
Basta para eso, a veces dentro de un mismo sistema ya armado, cambiar la mirada, y empezar a ver al pasto como un ser vivo, y no más como un pedazo de plástico. Necesita alimento, corte correcto y descanso.
El mejor alimento por unidad de superficie/tiempo, lo genera el lanar. Nadie bostea u orina tan homogéneamente y en cantidad tan suficiente como la oveja. Nadie deja una pastura tan pareja como ella. El correcto descanso es competencia nuestra.
Naturalmente que la oveja también tiene contras, el jabalí (de dos y cuatro patas), las enfermedades podales, la dificultad mayor en sujetarlas en una parcela y otras menores.
Bueno, creo que le contesté. A veces se me va el teclado…
Un saludo desde el norte.
Bueno Juan que Dios te cuide junto con los tuyos.
Pensando un poco más, así nos estará cuidando a todos.
Bendiciones