Luis Antonio Urdangarin trabaja 450 hectáreas en la zona de Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires. Engorda 1.000 animales por año con una alimentación en base a silo de maíz propio y granos comprados en la zona.
Con mentalidad innovadora y creativa, su propietario no aceptó de forma pasiva los problemas recurrentes del feed-lot y encontró una solución: transformar el estiércol en energía eléctrica y fertilizantes que usa y vende como una forma más de generar ingresos. Como ventaja adicional mejoró el bienestar animal al incluir el piso de hormigón, requisito indispensable para el retiro de la materia.
«En Europa hay ciudades enteras que están calefaccionadas en base a biogas», cuenta Luis entusiasmado, quien ha transformado a los problemas tradicionales en ventajas competitivas y ambientales para el principal sistema de engorde de la Argentina.
Innovador.