Desempolvando cartas, artículos periodísticos, fotos y documentos, fue surgiendo esta rica historia que comenzara varios años antes de 1913, fecha del primer remate de la Cabaña Los Cerros de San Juan en el local Melilla. El privilegio de tener en mis manos todo este material y lo que él representa, me llevó a sentir la necesidad y la responsabilidad de plasmarlo en un libro que perdure. En la época en que vivimos, en que todo queda almacenado en la computadora, que la correspondencia se hace tan fácil por internet y con la misma facilidad, apretando un botón, nos deshacemos de ella, apuesto a la vigencia del libro impreso para que esta historia sea conocida y recordada por nosotros y transmitida a las futuras generaciones.
Esta Cabaña y su trayectoria forman parte de la historia de la ganadería del Uruguay y la región. Al ir leyendo las cartas, los diarios, los álbumes, no sólo los personajes iban apareciendo, sino también los vaivenes políticos y económicos que se vivieron en el país a través de todos estos años, con aciertos y desaciertos, sacrificios y honores. Pero lo que realmente la hace merecedora de ser historia, es su constante hacer, teniendo un claro objetivo, lográndolo con prudencia, constancia y trabajo.
Quienes la formaron y la continuaron, sus colaboradores y los rematadores, el peón de campo y el cabañero, el tropero y el camionero, el veterinario y el inspector, el periodista y el fotógrafo, el cliente y el amigo, merecen el reconocimiento que deseamos brindarles a través de estas páginas.
Es también la historia de una relación comercial que se convirtió en amistad entre los hombres que la protagonizaron, y que creció y se heredó a las cuatro generaciones siguientes, incorporando y aumentando amigos a lo largo de todo el territorio nacional.
Que lleguen a los 100 remates ininterrumpidos dos empresas que siguen siendo referentes en cada una de sus actividades en el país, no es poca cosa. Casi se diría que es un record nacional y en el mundo.
Espero los lectores disfruten este libro, tanto como yo al escribirlo.
Marcecla Arocena de Mailhos