A partir del 31 de Diciembre de 1988 se prohibieron en nuestro país el uso de anabolizantes como promotores del crecimiento. De esa forma Uruguay accedía a demandas de mercados exigentes en lo que a exportaciones de carne se refiere.
También en esa época se incentivaron las exportaciones de carne para empresas europeas elaboradoras de alimentos para la primera infancia, sumamente exigentes en el control lo de residuos de medicamentos veterinarios.
Fue la primera experiencia de trazabilidad, cuando el término aún no se conocía, pues las cajas con la carne a ese destino llevaban un código que identificaba al productor, dueño de los animales.
Entre otras cosas era necesario el doble del tiempo de espera del indicado en cada producto, antes de enviar los animales a faena y los frigoríficos que exportaban a ese destino hacían campaña de difusión y elegían a sus clientes más confiables.
La llegada de Fiebre Aftosa a nuestro País complicó las exportaciones y perdimos los mercados, como es más que conocido.
Para ir concretamente al tema al que nos queremos referir, digamos que en año 2002 se constataron residuos de Ivermectinas en nuestras carnes exportadas.
Coincidió este hecho negativo con una mayor difusión de la Garrapata y con una resolución interna de la DGSG sobre Industria Animal reiterando la obligación de denunciar las constataciones de garrapatas en la planta frigorífica.
Hasta ese momento en los frigoríficos ubicados al norte del Río Negro, se hacía un poco “la vista gorda” de los casos en que se constatara garrapata en planta (siempre que fuera una infestación leve) pues la Ley Numero 12293 de 1956 lo prohibía expresamente. O sea que la indicación era cumplir la ley vigente a rajatabla.
Como consecuencia de ese “apriete” de los controles de garrapata en planta, fueron sancionados veterinarios que había realizado las certificaciones para embarque y se interdictaron productores.
El “combo” era propicio para que aparecieran residuos en nuestras carnes, como efectivamente pasó con las ivermectinas. Mayor difusión de garrapata en la zona norte, pocos controles en el campo, con un ajuste en la llegada a frigorífico, llevó a un uso masivo e indiscriminado de dichos productos, para evitar que los animales llegaran parasitados.
Fue por ese motivo, que en una visita del Ministro de Ganadería de entonces, Martín Aguirrezabala realizada a la Asociación Agropecuaria de Salto en junio de 2003 le planteamos la necesidad de flexibilizar los controles de garrapata en frigoríficos, ante el riesgo de la aparición de residuos de productos utilizados en el control de la misma para evitar las sanciones.
El ex Ministro lo tomó con mucha fuerza y decisión y me convocó a una reunión en Montevideo ese mismo mes en la que estuvo presente el Dr. Hipólito Tapie en ese entonces Director de Sanidad Animal.
Se realizó una reunión muy interesante en la Asoc. Fom. Rural de Valentin el 22-8-2003, en la que participaron las Codesas de los departamentos situados al norte del Río Negro, las autoridades de la DGSG, también el ex. Ministro Aguirrezabala.
Fue ese el verdadero lanzamiento (2003) de la nueva ley promulgada el 17 de Abril de 2008, (número-18268) y que contemplaba los aspectos planteados originalmente y que le permitiera al actual Ministro Tabaré Aguerre flexibilizar la constatación de garrapata en frig, a raíz de los residuos de Ethion en nuestras carnes, y que motivó la prohibición de ese principio activo.
El 7-9-2004, enviamos una nota al Ministro, a través de la AAS y con la firma del Dr. Leopoldo Amorim , donde volvíamos a insistir con los riesgos de los residuos ante la lentitud en el proyecto de modificar la ley de garrapata. (vale la pena leer la ley) .
Esto es historia verdadera, el tema es cómo seguimos para adelante.
Coincido en general con las medidas que ha tomado el Ministro con respecto a reencauzar la lucha contra la garrapata así como de la suspensión momentánea del Ethion..
1- Después de esta etapa de difusión que se ha lanzado es imprescindible el trabajo a campo con participación activa de DGSG ejerciendo la labor de Policía Sanitaria, con el apoyo de las Codesas departamentales, aprovechando el amplio conocimiento que tienen los veterinarios y funcionarios veteranos, que conocen las zonas y los productores, categorizando a los predios de riesgo, previsto en la ley actual.
2- Cuanto menos garrapatas tengamos, menos riesgos de residuos, así como de las otras pérdidas ocasionadas directamente por el parásito o de los hematozoarios que puede transmitir (Tristeza).
3- Deberíamos dominar la garrapata antes que la resistencia, que se viene expandiendo, nos deje sin herramientas para combatirla, como nos sucedió a fines de la década de 1970, que recuerdo con mucho temor y pavor.
4- Entiendo que la ley 18268, es una buena ley, en la que participaron activamente todos los sectores en su elaboración y proporciona las herramientas necesarias para el control de esta parasitosis, así como de las pérdidas que ocasiona.
5- Con el arsenal terapéutico que aún disponemos, es posible en muchas seccionales policiales, lograr un control efectivo disminuyendo su prevalencia y o erradicándola.
6- Debemos de ser cuidadosos en respetar los tiempos de espera indicados y esperemos que se apruebe nuevamente el Ethion, que lo necesiitamos asociado a la Cipermetrina, no solo en el control de la garrapata sino también en Sarna Ovina que es otro flagelo que está afectando el menguado stock ovino que tenemos actualmente..
7- Surge también de lo que pasó con el Ethion, que las autoridades deben conocer las disposiciones y restricciones de los países a los que exportamos carne, y difundirla para que no nos vuelva a pasar lo mismo.