El correcto manejo del Campo Natural y las decisiones estratégicas que toman los productores para poder aprovecharlo al máximo sobre las diferentes estaciones del año es un factor determinante en la economía de los sistemas ganaderos.
Durante algunas estaciones del año como el otoño e invierno, este recurso forrajero de inagotable producción y recuperación no suele darnos la cantidad o calidad del forraje que los animales necesitan para satisfacer sus necesidades básicas. Por eso, con el objetivo de complementar esa carencia, los productores agropecuarios toman diversas estrategias como podrían ser la suplementación, el diferimiento de forraje o los mejoramientos de campo natural.
En esta nota, comentaremos algunas decisiones que se podrían tomar con el objetivo de potenciar el campo natural sobre todo en los casos donde la disponibilidad de forraje no es limitante, pero si la calidad de esa dieta denota algunas carencias nutricionales que con pequeñas correcciones se podrían suplir correctamente.
Como primera recomendación fundamental y por más obvia que parezca vale la aclaración, es necesario identificar correctamente cuál es nuestra situación inicial y en base a eso elaborar el programa de suplementación que mejor se ajuste a nuestra realidad y nuestros objetivos. Una vez que tomamos la decisión de suplementar, tenemos que lograr el mejor resultado y al menor costo posible, y si no sabemos exactamente cuál es nuestra carencia, no podremos lograrlo de forma exitosa.
Por eso, el programa debe estar enfocado en suplir aquel o aquellos nutrientes que son deficientes para el animal y/o para los microorganismos (MO) del rumen. Con el objetivo de aumentar el consumo y/o la utilización de los nutrientes, y así obtener una determinada respuesta principalmente orientada a la producción, reproducción y/o salud del animal.
¿Por qué es fundamental identificar correctamente la situación?
La producción animal responde a la ley del nutriente más limitante, es decir aquel nutriente que satisface en menor cantidad los requerimientos del animal dicta el nivel de producción, por ejemplo si el animal consume cantidades de energía, minerales y vitaminas suficientes para lograr elevadas ganancias de peso pero el consumo de proteína es suficiente solo para alcanzar ganancias moderadas, la proteína actúa como limitante y no permitirá expresar todo el potencial de producción que brindan los demás nutrientes.
¿Cuándo suplementamos con proteína?
La suplementación proteica es una estrategia recomendada principalmente cuando la calidad de la dieta ofrecida es baja (con alto contenido de fibra y bajo contenido de proteína). Esto se debe a que en estas situaciones, los animales presentan un bajo consumo voluntario ya que la degradación de estos alimentos en el rumen es muy lenta (los alimentos permanecen mucho tiempo en el rumen) lo que resulta en una baja notoria en el consumo.
La solución, agregando proteína de alta calidad a la dieta. La suplementación proteica permite una notoria aceleración en la degradación de la fibra consumida, aumenta su velocidad de digestión, la tasa de pasaje ruminal y la llegada de proteína verdadera al duodeno (proteína metabolizable).
Como resultado obtendremos:
- Mayor consumo de forraje
- Mejor aprovechamiento del forraje consumido
- Mayor contenido de proteína en la dieta
¿Cuándo nos conviene suplementar con proteína y cuándo no?
Como ya comentamos anteriormente, es fundamental hacer un buen diagnóstico de cómo está la pastura, cómo están los animales y qué resultados proyectamos obtener para poder evaluar correctamente qué suplemento es el más adecuado.
Utilizar sales proteicas:
- Cuando el forraje es de baja calidad, con alto contenido en fibra y bajo contenido en proteína. En forrajes con niveles adecuados de nitrógeno la suplementación proteica no incrementa el consumo de forraje ocasionando muchas veces una sustitución de forraje por suplemento, en estos casos los suplementos proteicos actuarían únicamente como fuente de energía.
- Cuando la oferta forrajera no es limitante. Debe existir una alta disponibilidad de pastura: si la oferta de pastura es escasa no existe respuesta a la suplementación proteica por la imposibilidad de los animales de expresar un incremento en el consumo de forraje.
- El nivel de suplementación debe ser bajo y el suplemento debe poseer un elevado tenor proteico. Si el nivel de suplementación es elevado y el contenido de proteína del suplemento es bajo, el suplemento impactará negativamente sobre la digestión y el consumo de forraje ocasionando un efecto contrario al deseado, es decir una depresión en el consumo de forraje (efecto de sustitución).
Tips:
- En caso de suplementar animales jóvenes, es clave tener en cuenta el origen de la proteína. Es muy importante que el suplemento ofrecido sea en base a Proteína de origen Vegetal (70% o más) y no en base a Nitrógeno No Proteico (urea).
- La proteína vegetal, sobre todo la harina de soja, es una proteína de alto valor biológico, con un excelente perfil de aminoácidos esenciales
- Cuando complementamos las dieta con fardos, el aporte de porteína es clave para mejorar el aprovechamiento de la dieta y para digerir de la mejor manera el forraje ese consumido
- La suplementacion proteica cuando los animales se encuentran pastoreando sobre rastrojo aporta: mayor aprovechamiento de la fibra, mejora la digestión y la tasa de pasaje provocando mayor consumo.
- La inclusión de Monensina (Ionósforo) es calve para mejorar la eficiencia de conversión del total de la dieta del animal
- Que la sal también contenga un correcto aporte de Macrominerales, Microminerales y Vitaminas es muy importante para corregir las deficiencias de la dieta
- El uso de un saborizante adecuado mejora notoriamente la palatabilidad lo que facilitara que los animales tengan los consumos esperados
Nota elaborada junto a: Sebastián Frade – Departamento técnico de Agrifirm Uruguay