“No hay con qué darle al campo natural” es una frase que escuchamos muchas veces de parte de los productores cuando se vienen tiempos complicados en el campo. De alguna manera u otra siempre encuentra la forma de mantenerse en pie y aportarnos comida para nuestros animales en pastoreo cuando otras alternativas no son capaces de hacerlo.
Si este recurso forrajero con una gran cantidad de especies tiene la capacidad de mantenerse en el tapiz de manera resiliente ante todo tipo de adversidades, ¿por qué entonces no tratar de imitar ese comportamiento también donde tendremos que realizar pasturas sembradas? ¿No será que esa gran variedad de especies son las que le brinda al campo natural ese poder de resiliencia? ¿Por qué no ver a la diversificación como una herramienta de cooperación entre especies y no como competencia?
Las praderas polifíticas son aquellas pasturas que están conformadas por varias especies forrajeras, incluso de distintas familias como gramíneas, leguminosas, asteráceas y brassicaceas, con el objetivo de brindarle a los animales una dieta variada de alta calidad forrajera, al suelo la oportunidad de expresar su máximo potencial y al productor una alternativa rentable y sustentable de producción a largo plazo. ¿Cómo lograrlo? Conversamos con los chicos de gROU agro – que nos cuentan su experiencia en los siguientes párrafos.
Cuanto mayor diversidad arriba del suelo, mayor diversidad debajo
La propuesta se basa en ofrecerles a los animales una pastura de alta calidad pero con gran variedad que les permita cumplir y complementar a través de la diversidad de especies todos sus requerimientos. Sin duda cada pastura tiene sus diferenciales, y a mayor diversidad mejor será el aporte.
Por otra parte, promover una gran variedad de especies a sembrar provocará un gran impacto en el suelo, permitiendo un mayor desarrollo radicular con diferentes formas y a diferentes profundidades, mejorando la estructura, la porosidad, la infiltración del agua y provocando un mayor desarrollo, absorción y disponibilidad de nutrientes.
Nuestro campo natural es sumamente diverso y es nuestro mejor aliado, por qué no entonces, al menos hacer el intento de simular sus mejores características?
Tanto la variedad como la cantidad de especies a sembrar dependerá de cada situación en particular. Igualmente les presentamos algunos tips a tener en cuenta a la hora de la elección:
- Considerar el vigor inicial de las especies evitando que algunas predominen sobre otras a la hora de implantarse
- Tener en cuenta la relación leguminosa – gramínea
- Considerar los datos aportados por análisis de suelo y experiencias previas a la hora de elegir las especies a sembrar
- Verificar la disponibilidad de las semillas e inoculantes
- Tener en mente el objetivo principal de nuestra pradera en el sistema (cobertura de suelo, refuerzo de alimento para el invierno/verano, alimento estable durante todo el año, regenerar suelo, terminar animales…)
- Considerar la opción de sembrar diferentes mezclas adaptándolas a las características del terreno (añadir/quitar especies, cambiar variedades, modificar densidades de siembra)
Cuándo sembrarlas?
Las praderas polifíticas son una herramienta que podemos utilizar mayoritariamente cuando nos encontramos frente a un tapiz degradado o directamente inexistente, y lo que buscamos es regenerar el suelo a través de la implantación de pasturas y el manejo del pastoreo.
En caso de contar con campo natural en el sistema recomendamos mantenerlo con la posibilidad de mejorarlo incorporando especies al voleo o en siembra directa.
La fecha recomendada de siembra es la primera quincena de abril siempre considerando las lluvias como un factor determinante para lograr una buena implantación. Con esto en mente debemos planificar con tiempo los manejos previos necesarios.
Cambiar el enfoque:
Es necesario cambiar el enfoque para poder comprender las bases del manejo de este tipo de pasturas y los beneficios que trae. Incorporando una gran biodiversidad incorporamos también mayo cantidad de variables a tener presentes en nuestro manejo. Debemos pensarlo como un TODO y dejar de lado ciertos esquemas como la altura específica de una sola especie o el estado fenológico de otra. Vale aclarar que no dejan de ser importantes los factores mencionados anteriormente pero en este caso priorizamos el conjunto del sistema y no la sobrevivencia de una/s pocas especies.
Incluso se da también que varias especies son introducidas para que le “hagan camino” a otras para luego desaparecer, y no está mal! Sin duda comenzar a ver nuestras pasturas de esta forma es un proceso y requiere mayor observación y análisis para tomar decisiones, pero con unos pocos criterios en mente las chances de que nos vaya mal (perder toda o gran parte de nuestra pastura por enfermedades, plagas, factores climáticos adversos o mala implantación) será menor.
A continuación describimos algunas virtudes y desventajas que encontramos de esta herramienta:
- Mayor desarrollo radicular: diferentes formas y profundidades
- Mejora la estructura del suelo
- Mayor diversidad de exudados: disponibilizan diferentes nutrientes
- Mejora velocidad de infiltración de agua, mayor desarrollo y asociación de micorrizas
- Aumento de la complejidad: manejo de un número mayor de variables a la hora de tomar decisiones
- Reducción en el listado de productos químicos posibles a utilizar evitando que afecte a alguna de nuestras especies
- Evitamos problemas de meteorismo por diversidad de la dieta
- Productividad más estabilizada a lo largo del año
- Costos similares a una pradera convencional
Experiencia en “La Nutria”
Historia de chacra y manejo previo
La pradera polifítica fue sembrada sobre un rastrojo de soja de segunda el 10 de Junio del 2020, previo a la siembra se realizó una aplicación de herbicidas sistémicos para el control de raigrás resistente, carnicera, y yuyo colorado, además, se aplicó herbicida preemergente para lograr un periodo libre de malezas en la implantación de la pradera. Debido a la topografía y los tipos de suelos se definieron dos zonas donde se realizaron diferentes mezclas, una zona de suelos bajos donde la base para armar la mezcla es en base a Festuca, Trébol blanco y Lotus, y otra zona de suelos de ladera con menor retención de agua donde la base de la mezcla era Dactylis y Alfalfa. Al momento de la siembra se mezclaron las gramíneas, la alfalfa y la achicoria para sembrar en el surco y el resto de las leguminosas por separado en el cajón de semillas finas sembradas en cobertura, la fertilización se aplicó en el surco con dosis de 200 kg de 7/40-40/0 ajuste realizado en función de los requerimientos de fósforo. Para ambas mezclas se utilizó 13 kg/ha de Avena negra con objetivo de generar una cobertura para las leguminosas debido a que la fecha de siembra fue demasiado tarde y los riesgos de heladas en el momento de implantación eran severos.
Especies:
Para este caso en particular y según los análisis que realizamos las especies seleccionadas para sembrar fueron las que se presentan en el cuadro siguiente. Se decidió la siembra de dos mezclas distintas adecuandolas a una zona más alta (pradera 1: 18 hás) y un bajo (pradera 2: 5 hás).
Pradera 1 (18 hás)
Pradera 2 (5 hás)
Costos:
Si bien se debe de analizar en cada caso en particular, el aumento de número de especies/variedades no necesariamente implica un aumento en los costos ya que el número de plantas que se busca establecer es prácticamente el mismo al de una pradera convencional, debido a que la mezcla se realiza ajustando según número de plantas objetivo por metro cuadrado.
Manejo:
Este tipo de pasturas necesitan de un manejo racional del pastoreo, mientras se implantaba la pradera se instaló un módulo con 28 potreros de aproximadamente una hectárea con distribución de agua en la parcela. A principios del mes de octubre el desarrollo de la pradera aún no era adecuado para entrar a pastorear, pero la siembra de 13 kg/ha de avena negra en cobertura logró el objetivo de generar una protección frente a heladas. En el momento de encañazón de la avena comenzó a sombrear la pradera, se decidió enfardar la avena y darle luz a la pradera, algunos de los potreros se comenzaron a comer directamente con categorías chicas con pastoreos poco intensos para cuidar la pradera. Se enfadaron 39 fardos de silo pack de 5.7 ha y 93 fardos secos de 7.1 ha. Luego de haber pastoreado todos los potreros con intenciones de seguir pastoreando la pradera durante todo el verano, se utilizaron los fardos de silo pack de avena para complementar el pastoreo con manejo rotativo.
Debido a la seca que se pronosticaba para el verano 2020/2021 se decidió realizar pastoreos poco intensos dejando remanentes altos, con este manejo se lograron descansos adecuados de 70 a 90 días durante el verano que permitieron una buena implantación.
En este predio se realiza recría de novillos y vaquillonas de raza holando y cruza con angus, la carga que se manejó a inicios de octubre fue de 385 kg PV/ha y la de fines de diciembre de 487 kg PV/ha, durante los 3 meses de primavera se lograron convertir 102 kg PV/ha. El este predio se realizan pesadas cada 3 meses siendo un registro fundamental para la toma de decisiones.
Resultados:
Actualmente, la pastura transcurre su segundo año, aún son momentos críticos para lograr una buena implantación. La intención de sembrar una pradera polifítica es lograr una pastura permanente donde no se tenga que volver a utilizar herbicidas ni volver a sembrar desde cero. Este año se considera crítico y lograr un buen banco de semillas es fundamental.
Se piensa seguir incorporando especies a la pradera con diferentes técnicas. El éxito de la implantación de la pradera se logró en un 90 % del área sembrada, en algunos potreros el manejo durante el verano hizo que se perdieran algunas de las leguminosas pero las gramíneas compensan esa falta de plantas, en otro potrero en particular un pastoreo intenso en el verano provocó que la pradera no se implante adecuadamente dejando el suelo descubierto propicio para la emergencia de malezas. Lo importante de los registros de tiempos de ocupación, periodos de descanso integrados a registros climáticos de lluvias y temperatura, permiten con criterios agronómicos sacar conclusiones de cual es el correcto manejo a realizar.
Durante la primavera se obtuvieron ganancias de 102 kg de PV/ha en el rodeo total y se realizó una venta de 11 animales en el mes de enero que tuvieron un promedio de 1.190 kg PV/animal/día en un predio 102 días.
Reflexión:
Les presentamos un ejemplo, la cual insistimos que no tomen como receta trasladable a todas situaciones, y la invitación es que se comiencen a hacer pruebas in situ y aprendamos entre todos considerando las características particulares.
Uno de los “puntos flacos” que encontramos es que no contamos con datos a nivel país y menos aún por región como para tener una referencia de cuáles son las especies ideales a sembrar o hacia qué estado de equilibrio derivará nuestra pradera.
Sin embargo, de lo que estamos convencidos es que con un criterio de manejo simple, la estabilidad del total de la pastura puede ser superior que praderas convencionales (aunque se puedan perder en el camino alguna variedad o especie dando espacio a otras).
Sin duda hay un gran camino por recorrer, y lo que buscamos a través de esta nota es más que nada despertar en algunos el interés por este tipo de manejos, cambiando el paradigma y buscando alternativas agroecológicas y rentables.
Por: ForoRural junto a gROU agro
Excelente nota. Y sin duda que es a lo que hay que apuntar!!
Una consulta: porque la siembra recomendada es a mediados de abril? Y no un poco antes, mediados de marzo x ejemplo, dónde las precipitaciones y temperaturas son (o deberían ser) buenas para una implantación.
Muchas gracias
Saludos